Identidad visual para una bodega artesanal, su vino de bandera y su evento anual de enoturismo.
Cliente:
Familia Moschini
Servicio:
Identidad, packaging, colateral.
Agencia:
GZB&CV
Año:
2015-2018
/Problema
Crear la identidad de una serie de productos y servicios dispares pertenecientes a una pequeña empresa agroproductiva familiar.
La familia Moschini quería mejorar la expresión visual de su vino artesanal de bandera, el km 1120, y de darle entidad a su pequeña bodega. Producían y comercializaban sus vinos en forma artesanal desde hacía unos años y sentían que ya era tiempo de formalizar esa actividad. Además tenían una dispersión de productos y servicios que habían ido creando a lo largo de los años en torno a su realidad agropecuaria, sin un trabajo formal sobre la expresión de su propuesta comercial, que también querían ordenar en términos de presentación comercial.
El problema inicial consistió en definir una estrategia clara en relación a la arquitectura de marca que permitiera expresar esa oferta heterogénea mediante una propuesta valorativa y morfológica homogénea y consistente. Esto implicaba decidir qué productos o servicios estarían unificados en términos marcarios y cuáles quedarían solamente emparentados por algún rasgo específico de la propuesta morfológica.
/Enfoque
Colocar a la familia y al establecimiento como rostro y paraguas de una oferta heterogénea para homogenizarla valorativamente.
La propuesta de marca consistió en definir al establecimiento familiar y no a la bodega, como se había planteado en un primer momento, como centro y eje de la oferta total. Esto permitió crear un relato central en base a una serie de valores esenciales integradores que dio forma a todos sus productos y servicios, sin tener que recurrir a una arquitectura de marca compleja, inapropiada para la escala y los tiempos de su operación.
El resultado fue Chacra Moschini, una marca raíz fuertemente anclada en los valores tradicionales de la colonia italiana y del terruño, con una desinencia heterogénea: vinos, licores, dulces y conservas, hospedaje rural, cocina regional y turismo enológico.
La generosidad, la amistad, el trabajo, la naturaleza y las raíces culturales y familiares, sin vanidad ni imposturas, son la letra de una propuesta morfológica genuina, simple y recia, con elementos espartanos pero sinceros, pensados para perdurar en el tiempo.
/Conclusiones
El valor del acompañamiento frente a la urgencia de un proyecto típico.
Más allá de los aspectos estratégicos de marca, o técnicos de diseño, este proyecto mostró que las pequeñas empresas de producción artesanal pueden aprovechar mejor un acompañamiento constante a lo largo de la creación de su oferta comercial que una intervención única y definitiva planteada en los tiempos típicos de un proyecto de branding. Sus desarrollos operativos son más pausados y sus hojas de ruta menos previsibles que los de empresas tradicionales de la misma escala. No es el tipo de cliente preferido de las agencias y eso explica el escaso desarrollo de marca y a la limitada utilización del diseño como catalizadores de la comercialización en este sector del mercado.
Encontrar la forma de ayudar a estas iniciativas artesanales a promover sus ofertas en el mercado tradicional es un desafío para los estudios de branding que necesitan un retorno mínimo viable en sus proyectos en relación al tiempo invertido. La solución podría estar en la reorganización de los tiempos de proyecto y de los modos de comunicación estudio-cliente, sabiendo que el valor creado, y su retorno, exceden lo puramente económico.
